Enfados y rabietas

Susana UrbanoLa forma de descargar en una discusión es un modelo aprendido, somos los padres quienes enseñamos a discutir a nuestros hijos.

La rabia, convertida en rabieta es una forma de manifestar el enfado, el dolor, el temor, la confusión, la frustración, tanto en niños como en adultos.

¿Cómo nos podemos controlar nosotros ante las rabietas y los lloriqueos de los niños?

– No lloriquees ni hagas caso de los lloriqueos del niño. Por ejemplo: “No me gusta que me hables así, habla claro para que te escuche”, “Tienes un minuto para calmarte”.

– Tómate un respiro, tranquilízate, no des respuestas viscerales, no permitir que los lloriqueos te saquen de tus casillas.

– Piensa en lo que necesita el niño. Si responde a las peticiones de hablar tranquilamente mejor, si no puedes intentar otra actividad que os ponga de mejor humor u os tranquilice a los dos.

– No hagas caso de la rabieta.

– Ponte un tiempo tope para hacer caso a la rabieta y una vez consumido ese tope fija límites claros para que el niño corte la rabieta.

Si llega el momento de castigar, aunque no sea lo más deseable, hay que hacerlo constructivamente y esto se hace cumpliendo las siguientes condiciones:

– Castigando temprano y consistentemente, si se castiga cuando el niño empieza a portarse mal es menos probable que se repita el mismo comportamiento que si se castiga cuando el acto ya se ha completado.

– Ha de ser moderadamente intenso: un castigo rápido, firme y preciso es más efectivo que un castigo leve que precisa repetición de forma progresivamente más severa.

– Es importante mostrar alternativas claras y aceptables, castigar por sí solo dice únicamente qué es lo que funcionó mal y el niño ha de saber que es aceptable y que no lo es, esto también nos ayuda a nosotros a premiar claramente lo primero.

– Es necesario cambiar los castigos de forma ocasional ya que el mismo castigo utilizado una y otra vez se vuelve familiar y esperado y pierde efectividad.

Pero recuerda que antes de castigar se pueden utilizar distintas técnicas, algunas de ellas son:

– No hacer caso a las conductas que queremos que desaparezcan y prestar más atención a aquellas que nos interesan que aumenten.

– En lugar de quitar o dejar de hacer cosas que gustan se pueden poner a hacer cosas que a ellos no les gustan.

– Que repitan lo que hacían hasta que se cansen. (Si estaban saltando y gritando hacerlos saltar y gritar un número alto de veces hasta que se agoten).

– Eliminación de estímulos. Si lo mando ir a su cuarto allí tiene multitud de cosas para no aburrirse, es preferible que se quede sentado en algún lugar donde realmente sea aburrido estar.

Susana Urbano. Psicóloga y Grafopsicóloga.

info@psicologiabadian.com